El actor y director Adolfo Marsillach ha estado
durante años al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Durante ese
tiempo ha montado numerosas obras del repertorio dramático español, entre ellas
El burlador de Sevilla (1988), de Tirso de Molina.
Adolfo Marsillach (1928-2002), autor
dramático y director de teatro español que también desarrolló una intensa y
prolífica carrera como actor, ayudante de dirección, coguionista y escritor. Es
una figura indispensable en el estudio de la historia del teatro español
contemporáneo, en especial desde la posguerra hasta la transición. Junto con
Albert Boadella, Fernando Fernán Gómez, Juan Margallo y otros, hizo del teatro
en España una práctica artística a caballo entre lo clásico y el devenir
cotidiano de este país y sus gentes. Su trayectoria abarcó desde el teatro
independiente al teatro oficial, estatal, pero siempre armonizando el rigor con
la popularidad.
Nació en Barcelona y estudió la carrera
de Derecho en su ciudad natal. Desde muy pronto comenzó a interpretar pequeños
papeles, como su intervención en la obra de Alfonso Sastre Escuadra hacia la
muerte, actividad que ocupó gran parte de su juventud.
Su trabajo teatral fue muchas veces un
revulsivo en una sociedad sujeta aún a los cánones éticos y estéticos de la
política del general Franco. Circunstancias y vocación obligaron a este
polifacético “hombre de teatro” a definirse por la dirección, campo en el que
desarrolló al máximo sus capacidades. Destaca su trabajo en obras como El
arquitecto y el emperador de Asiria (1977), de Fernando Arrabal, Yo me
bajo en la próxima, ¿y usted? (1981), pieza que escribió y dirigió,
o ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1999), de Edward Franklin Albee, interpretada
por Nuria Espert.
Consecuencia lógica de su buen hacer,
compaginó una intensa actividad en los escenarios con trabajos para el cine en
películas como Salto a la gloria (1959, de León Klimovsky), Maribel y
la extraña familia (1960, de José María Forqué), Sesión continua
(1984, de José Luis Garci) y Esquilache (1988, de Josefina Molina).
Realizó también diversos trabajos para la televisión, como las series Silencio
se rueda, La señora García se confiesa o Ramón y Cajal. Es autor
también de un libro de memorias, Tan lejos, tan cerca (1998).
Marsillach desarrolló también una
importante actividad como gestor teatral. En 1978 fundó el Centro Dramático
Nacional, entre 1989 y 1990 dirigió el Instituto Nacional de las Artes
Escénicas y la Música, y en 1985 creó la Compañía Nacional de Teatro Clásico,
con la que dirigió piezas clásicas como El médico de su honra, de
Calderón, La Celestina, La gran sultana, de Cervantes, Fuenteovejuna, de
Lope de Vega, o Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina.
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