Alonso Berruguete
(1488-1561), pintor y escultor español considerado por sus contemporáneos como
uno de los artistas más brillantes del renacimiento español.
Nació en Paredes de
Nava, provincia de Palencia, y se formó junto a su padre, el también pintor
Pedro Berruguete, y más tarde en Florencia, donde entró en contacto con el
manierismo italiano de la mano de Miguel Ángel. En las obras de esa época ya se
aprecia un gusto por el dramatismo y la exaltación de los sentimientos que, sin
romper con el ideal de belleza renacentista, ya anticipa el barroco. De regreso
a España en 1520 disfrutó de una fama superior a la de todos los artistas de su
generación. En 1523 Carlos I le nombró pintor y escultor de la corte.
Su estilo se
caracteriza por el movimiento dramático de los personajes, descuidando a veces
la factura técnica. Dentro de su producción abundan los retablos y las
sillerías de coro, como la realizada para la catedral de Toledo (1539-1548),
donde labra sobre el nogal, sin policromía alguna, una maravillosa galería de
figuras de profetas y santos en actitudes variadísimas y animados de intensa
vida interior. También para este templo realiza los relieves policromados de la
silla arzobispal y la Transfiguración del remate.
Otras obras maestras
son los retablos de Mejorada de Olmedo (1526), el de San Benito de Valladolid
(1526-1532, actualmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid), en el
que se representan en relieve escenas de los benedictinos y de la vida de
Cristo, y el de la Adoración de los Magos (1537), también en Valladolid.
Dentro de su producción escultórica destaca la que fue su última obra, el
sepulcro del cardenal Tavera, en el hospital de Afuera, Toledo, donde llama la
atención el realismo con que trata el rostro del difunto. También es obra suya
la Transfiguración de la iglesia del Salvador en Úbeda (Jaén), destruida
durante la Guerra Civil española, inspirada en la de Toledo.
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