Alonso de Ribera





Alonso de Ribera (1560-1617), militar y administrador colonial español, gobernador de Chile (1601-1605; 1612-1617). Nacido en la localidad andaluza de Úbeda, a lo largo de casi 25 años adquirió un gran prestigio como militar, que se ganó en las distintas campañas de Italia y Flandes. Gracias a ello, el rey Felipe III lo escogió para poner fin a la difícil situación existente en los territorios chilenos, donde a la guerra con los indios se sumaban las incursiones de los corsarios ingleses y holandeses.
Su primer ejercicio del cargo de gobernador se inició poco tiempo después del gran desastre de Curalaba (1598), en el que los indígenas habían matado al gobernador español Martín García Óñez de Loyola. Así, le correspondió a Ribera el difícil momento en que los araucanos, liderados por Pelantaru, acababan de arrasar las ciudades españolas ubicadas al sur del río Biobío, como consecuencia de la mencionada rebelión. La política militar de Ribera fue similar a la que casi tres siglos después permitió a la república chilena incorporar plenamente La Araucanía a su soberanía: era necesario aceptar la pérdida de la zona más rica del territorio, es decir, la situada al sur del Biobío, para salvar la comprendida entre ese río y el Maule, fortificando como medida provisional la nueva frontera, hasta que se dieran las condiciones para recuperar el sur. De este modo, dirigió la situación con maestría y procuró estabilizar la zona destruida, fundando estratégicos fuertes (San Pedro de la Paz, Nacimiento, Santa Margarita de Austria y Paicaví, entre otros). Para mantener contingentes e instalaciones en la línea fronteriza del Biobío, gestionó la llegada del real situado o pago de Chile (por cédula de 21 de marzo de 1600, el Rey ya había ordenado que el virreinato del Perú suministrara tal remesa dineraria). Además, por real cédula de enero de 1603 se estableció un ejército profesional permanente en Chile, el primero creado en la América hispana. Alonso de Ribera aumentó la capacidad profesional y combativa de la tropa, estableció una digna escala de sueldos y llegó, incluso, a fundar industrias básicas para abastecer al personal militar. Debido a diversas circunstancias, entre las cuales destacó su conflicto con el obispo de Santiago, en 1605 fue designado gobernador de Tucumán.

Durante su segundo gobierno (1612-1617) hubo de intervenir en momentos en que el sacerdote jesuita Luis de Valdivia aplicaba la denominada guerra defensiva, que implicaba un trato misionero y conciliador hacia el araucano, a la que se opuso terminantemente, pues para Alonso de Ribera significaba un grave retroceso en su estrategia de pacificación por las armas. Falleció, en el ejercicio del cargo, en Santiago.

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